Estimulación Temprana para el alma (segunda parte)

Aunque nuestros hijos estén pequeños esto no impide que desde ya los familiaricemos con algunas experiencias para que, cuando las entiendan, tengan pleno sentido para ellos. A continuación describo algunas actividades prácticas que podemos realizar, incluso desde la gestación.

  • Durante el embarazo, podemos orar en voz alta o compartir con nuestro bebé música religiosa, incluso cantada por nosotros mismos.
  • También podemos leerle textos de la biblia o relacionados con Dios. Lo bueno es que esta buena costumbre de leerle puede seguir siendo parte de nuestra rutina para dormir, cuando ya haya nacido.
  • Al preparar la habitación de nuestro bebé recordemos colocar una imagen de María y un crucifijo. Hay quienes prefieren colocar un cuadro de la virgen o un Rosario al pie de la cuna. Las imágenes relacionadas con el Ángel de la guarda también son comunes. Las imágenes y símbolos serán referentes con los que nuestro hijo irá creciendo y le serán familiares desde pequeño.
  • Nuestro bebé deberá adquirir buenos hábitos de sueño, especialmente cuando se esté preparando para dormir en su propio cuarto (cerca de los 3 meses). Para esto, entre otras cosas, los expertos aconsejan crear una rutina para ir a la cama, que puede incluir música, luz tenue, lectura de un cuento. Podemos aprovechar esta etapa para incluir una breve oración, como parte de sus actividades previas al sueño.
  • Cuando nuestro bebé ya pueda relacionar los nombres con los objetos o personas (cerca de los 9 meses de edad) es momento para que comencemos a mencionar a Jesús y a María, haciendo alusión a cuadros o imágenes que tengamos en casa.
  • Es en este mismo momento de su desarrollo donde comenzamos a enseñarle colores y figuras, por medio de libros. Una biblia ilustrada, puede ser utilizada, especialmente si es justo para niños, dando énfasis a los personajes, Jesús y María.
  • Al llegar al año de edad, nuestro hijo ya estará preparado para comenzar a dar sentido a las oraciones que ha escuchado desde el vientre e incluirlas en su vida cotidiana. Momentos como la Navidad, Semana Santa y las visitas al Sagrario pueden ayudarnos, ya que los símbolos e imágenes están más presentes (el nacimiento, las imágenes de Jesús crucificado), facilitando la explicación de conceptos abstractos, volviéndolos concretos. En esta etapa la imitación y repetición es la forma de aprendizaje de los niños, aspecto que podemos explotar.
  • Entre los 7 y 11 años, ya se están preparando o están prontos a prepararse para su primera comunión, por lo que su idea de Dios y su relación con él puede y debe ser más profunda.
  • Los libros de oraciones o devocionarios pueden ser una gran ayuda para que ellos puedan realizar su propio momento de oración. Tener un altar sencillo o un lugar específico para relazarla puede ser otro recurso útil. Este puede estar incluso en su cuarto.

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